Con tal motivo, consideramos muy relevante dar a conocer en nuestro blog, el mensaje emitido por el Director General de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura), Koichiro Matsuura, el cual expresa:
Los sistemas indígenas de conocimiento constituyen un recurso valiosísimo e insustituible y un componente esencial del desarrollo sostenible. Las cosmovisiones de la mayoría de los pueblos indígenas, que reconocen los vínculos inextricables entre la cultura y la naturaleza, hallan un eco nítido en los esfuerzos que la UNESCO realiza con miras a proteger y fomentar la diversidad
biológica y cultural. Este es un asunto que preocupa cada vez más a muchas comunidades indígenas en el mundo entero y constituye la esencia de su reciente llamamiento a lograr un “desarrollo con identidad”.
biológica y cultural. Este es un asunto que preocupa cada vez más a muchas comunidades indígenas en el mundo entero y constituye la esencia de su reciente llamamiento a lograr un “desarrollo con identidad”.
El Día Internacional de los Pueblos Indígenas brinda a la comunidad internacional una excelente oportunidad de reflexionar sobre las perspectivas y aspiraciones de esos pueblos, en especial sobre cómo éstas se vinculan al desarrollo sostenible de nuestro planeta. La salvaguardia del patrimonio inmaterial, en particular mediante la transmisión de los sistemas de conocimiento y las expresiones culturales indígenas, está indisolublemente ligada a las cuestiones del uso de la tierra, la ordenación de los recursos naturales y la conservación del patrimonio material. Así lo ha reconocido el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, que dedicó el periodo de sesiones de mayo de este año al tema de los derechos de las comunidades indígenas a “territorios, tierras y recursos naturales” -un asunto polémico que tiene repercusiones económicas y sociales de gran alcance.
Las diversas actividades que la UNESCO promueve en ámbitos como los paisajes culturales, los sitios sagrados, el agua y la cartografía participativa de los recursos culturales indígenas reflejan la preocupación de la Organización por este oportuno asunto. Además, hasta la fecha más de
55 “paisajes culturales” de unos 35 países están inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
55 “paisajes culturales” de unos 35 países están inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Ahora bien, la contribución más singular de la UNESCO al realce de la notoriedad mundial de los asuntos indígenas radica en su actividad normativa. En la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, aprobada en 2001, se hace mención expresamente de los derechos de los pueblos indígenas (Artículo 4) y en su plan de acción se exhorta a “respetar y proteger los sistemas de conocimiento tradicionales, especialmente los de los pueblos indígenas”, a “reconocer [su] contribución [...] a la protección del medio ambiente y a la gestión de los recursos naturales”, y a “favorecer las sinergias entre la ciencia moderna y los conocimientos locales”.
Los Estados Miembros de la UNESCO aprobaron posteriormente dos tratados internacionales de carácter vinculante, que también prometen tener repercusiones favorables para los pueblos indígenas. La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de 2003, que entró en vigor en abril de 2006, posee un significado especial para este Día Internacional. En su
preámbulo no sólo se nos recuerda que el patrimonio cultural inmaterial es crisol de la diversidad cultural y garante del desarrollo sostenible, sino que también se hace referencia concretamente al importante papel que desempeñan las comunidades indígenas del mundo en la producción, la salvaguardia, el mantenimiento y la recreación del patrimonio cultural inmaterial.
preámbulo no sólo se nos recuerda que el patrimonio cultural inmaterial es crisol de la diversidad cultural y garante del desarrollo sostenible, sino que también se hace referencia concretamente al importante papel que desempeñan las comunidades indígenas del mundo en la producción, la salvaguardia, el mantenimiento y la recreación del patrimonio cultural inmaterial.
Nos complacen mucho los progresos realizados este último año en las primeras reuniones de los
órganos rectores de la Convención –la Asamblea General de los Estados Parte y el Comité Intergubernamental- en la preparación de las complejas directrices operativas que posibilitarán la aplicación práctica de este importante tratado. En cuanto al segundo instrumento normativo, la Convención de 2005 sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, se ha alcanzado otro hito con su entrada en vigor en marzo del año en curso.
órganos rectores de la Convención –la Asamblea General de los Estados Parte y el Comité Intergubernamental- en la preparación de las complejas directrices operativas que posibilitarán la aplicación práctica de este importante tratado. En cuanto al segundo instrumento normativo, la Convención de 2005 sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, se ha alcanzado otro hito con su entrada en vigor en marzo del año en curso.
En efecto, este acontecimiento viene a dar cumplimiento al punto 14 del Programa de Acción para el Segundo Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo (2005-2014), en el que se alienta a todos los agentes pertinentes a que procuren lograr que los Estados aprueben y ratifiquen la Convención “a fin de velar por el derecho de los pueblos indígenas a crear y difundir, en un entorno equitativo, sus bienes y servicios culturales, así como sus expresiones
tradicionales, de modo que puedan beneficiarse de ellos en el futuro”.
tradicionales, de modo que puedan beneficiarse de ellos en el futuro”.
La Conferencia de las Partes, órgano supremo de la Convención, se reunió por primera vez en junio de este año y en diciembre próximo el Comité Intergubernamental empezará a elaborar las directrices operativas encaminadas a garantizar la aplicación más eficaz del tratado. Cabe recordar que estos dos instrumentos, junto con la conocida Convención del Patrimonio Mundial de 1972, forman los cimientos del marco jurídico de la UNESCO destinado a salvaguardar todos los aspectos de la diversidad cultural.
La UNESCO también concede gran importancia a la promoción del plurilingüismo y la protección de las lenguas en peligro, un asunto fundamental para la mayoría de las comunidades indígenas. Se calcula que en la actualidad los pueblos indígenas del mundo agrupan de 300 a 350 millones de personas, que representan aproximadamente el 5 por ciento de la población mundial. Sin
embargo, ese 5% habla más de 5.000 lenguas en más de 70 países de seis continentes, o sea, el 75% de todos los idiomas conocidos.
embargo, ese 5% habla más de 5.000 lenguas en más de 70 países de seis continentes, o sea, el 75% de todos los idiomas conocidos.
Las lenguas indígenas son medios de transmisión de sistemas culturales y de expresión de cosmovisiones, identidades y características específicas de comunidades enteras. Además, son el vehículo de tradiciones, conocimientos y competencias prácticas insustituibles. Pero su supervivencia se halla cada vez más amenazada en el siglo XXI, debido a diversos procesos vinculados a los estilos de vida contemporáneos, así como al insuficiente respaldo que reciben
su protección y promoción. Los especialistas en el tema aseguran que en el mundo actual, debido al avance de la mundialización, más de la mitad de las lenguas se encuentran en peligro.
su protección y promoción. Los especialistas en el tema aseguran que en el mundo actual, debido al avance de la mundialización, más de la mitad de las lenguas se encuentran en peligro.
Entre los esfuerzos que lleva a cabo para proteger las lenguas en peligro, la UNESCO ha emprendido múltiples iniciativas valiosas, como su Atlas de las lenguas del mundo en peligro de desaparición y la Recomendación de 2003 sobre la promoción y el uso del plurilingüismo y el acceso universal al ciberespacio. En fecha más reciente, varios sectores de la UNESCO han coordinado diversos programas relativos a las lenguas, lo que culminó en la nueva estrategia intersectorial para promover la diversidad lingüística.
Por último, en la Convención de 2003 se reconoce la función esencial del idioma en la expresión y transmisión del patrimonio inmaterial, mientras que en la de 2005 se considera que la diversidad lingüística es un elemento fundamental de la diversidad cultural.
En conclusión, quisiera expresar mi agradecimiento a los Estados Miembros de la UNESCO, a las organizaciones de los pueblos indígenas y al Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas por la colaboración cada vez más dinámica que aportan en esta fase inicial delSegundo Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo.
Los aliento a seguir colaborando estrechamente con la UNESCO para integrar con éxito los principios de la diversidad cultural y el diálogo intercultural en todas las políticas y los programas en pro del desarrollo sostenible. Esos esfuerzos son indispensables para alcanzar los objetivos del Segundo Decenio y hacer realidad el concepto de “desarrollo con identidad” proclamado en el marco de esta iniciativa.
Koichiro Matsuura nació en Tokyo en 1937. Formado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Tokyo y en la Facultad de Economía de Haverford College (Pennsylvania, Estados Unidos), ingresó en la carrera diplomática en 1959.
Koichiro Matsuura ha ocupado, entre otros, los puestos de Director General de Cooperación económica (1988), Director General de Asuntos de América del Norte en la cancillería japonesa (1990) y viceministro (1992-1994).
Entre 1994 y 1999 fue embajador del Japón en Francia. Después de presidir durante un año el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, el 12 de noviembre de 1999 se convirtió en el noveno Director General de la historia de la UNESCO.
Tras su reelección, cuya toma de posesión fue el 21 de octubre de 2005, Koichiro Matsuura expresó su “viva emoción y su orgullo ante esta señal de confianza renovada de los Estados Miembros”, a quienes confirmó su “determinación de continuar la acción que inició hace seis años para hacer de la UNESCO una Organización cada vez más eficaz y mejor adaptada a las necesidades de un mundo en perpetua evolución”.
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