martes, 31 de marzo de 2009

UNA DRAMÁTICA HISTORIA DE CORAJE y SOLIDARIDAD. 1ª PARTE

Nota y fotos publicadas en Semanario “CENTRO” de Paso de los Toros, el domingo 29 de marzo de 2009.

Este año recordamos 50 años de las inundaciones y evacuación total de Paso de los Toros. Desde Semanario "Centro" comenzamos a compartir con nuestros lectores un muy valioso material escrito y recopilado por el Sr. José Abellá en el año 2004 donde relata el impacto de las gravísimas inundaciones que afectaron a gran parte del país en el año 1959, como forma de aportar al conocimiento público, principalmente a las nuevas generaciones, aquellos dramáticos momento que unió en un sentimiento de solidaridad a todos los uruguayos.

El slide que ofrecemos a continuación es produción de "Dale Tacua Magazine", con imágenes de Semanario "Centro" de la ciudad isabelina.

CUANDO LA TIERRA SE TRANSFORMÓ EN MAR


El 27 de marzo de 1959 era viernes Santo, y, como suele suceder en casi todas las “Semanas de Turismo” o “Semana Santa”, empezó a gotear en algunas zonas del país. Un cronista radial que estaba transmitiendo la Vuelta Ciclista del Uruguay afirmó: “...está comenzando a caer una llovizna pasajera...”.


La situación definida por el periodista deportivo como transitoria y aparentemente carente de importancia, terminó en el período de lluvias más duradero y catastrófico que conoció el país, con varios ahogados y heridos en accidentes, así como pérdidas materiales de enorme consideración.


Las lluvias fuertes comenzaron el día 3 de abril, superando todas las mediciones conocidas. Cayó agua durante un mes seguido, prácticamente sin otorgar tregua en ninguna parte del territorio nacional. La zona norte del país fue la primera en sufrir las consecuencias y en recibir el auxilio.


El día viernes 10 de abril de 1959 la ciudad de Rivera queda aislada. El día 11 se produce el desborde de las aguas del Cuareim, ocasionando inundaciones en la ciudad de Artigas, de donde se evacuan 2.684 habitantes, aislando también a Bella Unión.


El Gobierno dispone los esfuerzos combinados del Ministerio de Defensa Nacional, de Salud Pública, de la Cruz Roja, a los que se suman las Enfermeras Voluntarias de Artigas. En un C-47 de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU) arriban representantes del Gobierno para evaluar la situación. La Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE) envía un convoy a Artigas con ayuda, demorando su arribo hasta el día 12 ya que las vías fueron destrozadas por el agua. Hacia esta zona se dirige el Cnel. Alcides Martínez, designado Director General de Defensa Pasiva ante la crisis que se avecinaba.

EL AGUA NO DABA TREGUA

El martes 14 de abril, crecen las aguas del Río Tacuarembó y del Arroyo San Luis, ocasionando inundaciones en la ciudad de Tacuarembó dejando a la ciudad prácticamente aislada. También el litoral es afectado. El río Uruguay había crecido doce metros por encima del nivel cero, dejando incomunicadas a varias ciudades como Salto, Fray Bentos y Paysandú, cuyas rutas de acceso no daban paso, sufriendo las mayores consecuencias esta última al evacuarse cerca de cien manzanas. El convoy de trenes enviados a estas ciudades no puede llegar, debido a las vías férreas inutilizadas por el agua. Sarandí del Yí y San Gregorio también quedan aisladas. Se evacúa a la totalidad del personal que en esos momentos estaba construyendo la represa hidroeléctrica del Rincón de Baygorria.


Peor aún es la situación de la ciudad de Rivera, la cual continúa totalmente incomunicada, por tierra y por aire, ya que los caminos de acceso estaban inundados, las vías férreas destrozadas y reinaba mal tiempo imposibilitando la llegada de los aviones. La única comunicación que se mantuvo por varios días fue con el Servicio de Radiocomunicaciones del Ministerio del Interior de las Jefaturas de Policía y los radioaficionados.


Estos últimos en particular, habrían de cumplir una tarea que fue fundamental durante todos los días en que duró la crisis, haciendo lo imposible para mantener comunicados todos los rincones del país, colaborando en la coordinación de las tareas de abastecimiento, así como en la búsqueda y rescate de personas. También mantuvieron comunicados a familiares que por las circunstancias se encontraban separados.

RINCÓN DEL BONETE ABRE SUS COMPUERTAS

El día 15, la primera y única hasta el momento usina hidroeléctrica del país, la Represa del Rincón del Bonete, abre sus compuertas al alcanzar la cota 81 mts., llegando las aguas río abajo a la cota 64 mts. lo que provocó la evacuación de varias familias en Paso de los Toros. La obra de Baygorria se inunda. En la ciudad de Mercedes y la Villa Soriano el agua comienza a crecer y se totalizan 4.000 evacuados en la ciudad de Paysandú y 3.500 en Salto.


El día 16 el Gobierno decretó Medidas Prontas de Seguridad y el Ministerio de Defensa Nacional integró un Comando Único que tenía a su cargo la coordinación de operaciones de socorro y asistencia social a los damnificados.


La ciudad de Tacuarembó queda totalmente aislada. En la ciudad de Durazno se evacuaron más de dos mil personas, y el hoy conocido como “Puente Viejo” quedó totalmente bajo las aguas, haciendo prácticamente imposible la comunicación hacia el norte y el interior del Departamento, usándose el puente ferroviario y lanchas que cruzaban el río Yí como vía de comunicación. Este puente en total estuvo 18 días bajo agua, reapareciendo el día 29 de abril. Continúan las lluvias, registrándose el día 16 un fuerte temporal con ráfagas de viento que alcanzaban los 160 kms./hora, dificultando las tareas de ayuda y rescate.


Según un comunicado de la Inspección General de la Fuerza Aérea, emitido a las 20:00 horas de ese día: “El estado del tiempo imperante, caracterizado por fuertes vientos de más de cien kilómetros de intensidad en las primeras horas del día, el bajo ‘plafond’ de nubes, las lluvias y lloviznas persistentes limitaron la efectividad de los medios aéreos. El estado de los campos de aterrizaje en todo el país con pistas anegadas, en general no permitieron la operación con aviones en ellos”.


El río Yaguarón cuyo ancho promedio era de ochocientos metros, pasó a ser de doce kilómetros. El río Olimar también crece rápidamente y se evacuan barrios de Treinta y Tres. La principal zona arrocera al este del país parecía un espejo de agua, quedando mucha gente aislada arriba de los techos de las casas o árboles, a la espera del rescate de los Bomberos o la Policía. Muchas vidas se perdieron, tanto de la población como de los rescatistas que intentaban salvarlas. El helicóptero solicitado no puede llegar a la zona debido a las terribles condiciones meteorológicas. El territorio nacional parecía un lago enorme con algunas islas, según recuerdan los que volaron esos días.

Extraído de pilotoviejo.com

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