miércoles, 11 de abril de 2007

MAURO COSTA MATTIOLI: CIENTÍFICO URUGUAYO RADICADO EN CANADÁ DESCUBRE PROTEÍNA DE LA MEMORIA QUE AYUDARÍA A COMBATIR EL ALZHEIMER

El mundo científico y en concreto el vinculado a la neurociencia, ha investigado con intensidad la identificación de las moléculas implicadas en la generación de la memoria. Uno de las puntos de investigación más deseados y ardientes en la “ciencia del cerebro” ha sido la identificación del “interruptor” de la memoria, aquel que la apaga o la prende.

El científico oriental radicado en Canadá, Mauro Costa-Mattioli ha señalado que la baja actividad de una proteína ayuda a memorizar y ello podría ser un primer paso para combatir el mal de alzheimer.

La búsqueda comienza a llegar a su fin a través del trabajo de un equipo de investigadores de la Universidad McGill de Montreal, que integra el científico uruguayo Mauro Costa-Mattioli.
El neurobiólogo molecular de 31 años y oriundo de la ciudad de Tala, en Canelones, dio un paso más en una investigación que identifica ese “interruptor” de la memoria. La virtud de esta investigación es que abre la posibilidad de aumentar la memoria en los seres humanos.

En 2005, Costa-Mattioli y su grupo fueron los pioneros al mostrar la primera evidencia genética de que la proteína GCN2 regula la memoria. El impacto en la comunidad científica mundial fue inmediato al punto que publicó un artículo al respecto en la prestigiosa revista Nature.

Hoy, en 2007, el neurobiólogo que desde 2002 trabaja en el laboratorio del doctor Nahum Sonenberg –un referente en la síntesis de proteínas y cáncer– luego de estudiar en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República y en la francesa Universidad de Nantes, avanzó sobre sus pasos y encontró el por qué y de qué manera esa proteína incide en la memoria. Al igual que dos años atrás, se utilizaron ratones transgénicos para la investigación.

Con la “escopeta en la mano” “llegamos al blanco, al corazón del problema”, dijo ayer Costa-Mattioli a Diario El Observador –vía telefónica– en referencia al nuevo nivel del estudio al que arribaron.

El descubrimiento se centró en que cuando la proteína conocida como eIF2 era mutada, la actividad bajaba y como consecuencia los ratones lograron mayor memoria. En algunos de los experi mentos, entrenaron a los ratones a nadar en una piscina en la cual había una plataforma sumergida y usaban señales visuales para guiarse. Después de varios días de prácticas, los ratones con la proteína mutada fueron capaces de encontrar la plataforma de manera más rápida que los ratones normales.

“Cuando la actividad de eIF2 es baja se genera memoria más rápidamente. Por ejemplo, si una persona tuviera delante la página de un libro de texto, tendría que leerla varias veces para memorizarla”, apuntó el científico, “pero el equivalente humano de ese ratón modificado genéticamente podría retener la información de un solo golpe”.

“No solamente mostramos eso pero también lo inverso. Aumentamos la actividad de eIF2 mediante una droga y como consecuencia los ratones no aprenden”, dijo Costa-Mattioli. “De esta manera demostramos que podemos prender o apagar la memoria simplemente mediante la modificación de la actividad de eIF2”, agregó.

Para el científico uruguayo, inevitablemente, la próxima etapa es buscar una molécula que baje la actividad de la proteína y como consecuencia aumente la memoria.

En esta fase concretamente, se encuentra abocado el equipo de Costa-Mattioli: hallar la forma de debilitar la actividad de la proteína que regula la memoria para que ésta aumente. “Ahora estamos en la búsqueda de la molécula o droga que permita aumentar la memoria, bajando la actividad de eIF2. Una vez que la encontremos, la inyectaremos a los ratones”, y si funciona “vamos después a los humanos”, aseveró.

Como en 2005, la comunidad científica volvió a interesarse en el trabajo de Costa-Mattioli. En esta ocasión fue la revista Cell –en la edición del pasado 6 de abril– la que publicó el artículo del científico uruguayo.

Proyección. Algo tan preciado como la memoria no podía dejar a esta investigación por fuera de las aspiraciones de arribar algún día a la curación del mal de Alzheimer, una enfermedad que borra por completo la memoria de las personas que la padecen.

De todas formas, Costa-Mattioli y su equipo aspira en primera instancia a mejorar la capacidad de memoria de las personas mayores que sufren pérdida de memoria.

“Apuntamos a aquellas personas con pérdida de memoria” tanto asociada con la edad como con Alzheimer. “Pero mejorar la pérdida de memoria asociada con el envejecimiento sería un primer paso. En el caso del Alzheimer una tal droga podría recuperar la pérdida de memoria asociada a la enfermedad, pero no la enfermedad per se” aseguró Costa-Mattioli.

Ante los avances de esta investigación, la prensa canadiense y también la estadounidense, planteó la probabilidad de obtener una píldora que ayude a la memoria.

Costa-Mattioli busca no darle tanto “sensacionalismo” a este tema y se limita a decir que llegar a la solución de la píldora es por ahora “una posibilidad certera” que nutre de esperanza a muchas personas sufriendo de alteraciones cognitivas.

“Pero todavía hay mucho camino por recorrer”, sentenció.

Nota publicada por Pedro Dutour en Diario "El Observador" el día 10/04/2007

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